IÑIGO SALDISE ALDA
Debemos aprender la lección y ver que ir de la mano de los españoles es nefasto para la libertad de nuestra Nación
http://www.euskaria.eu/news/1403673543
Un año más, dentro de la situación de esclavitud en la que la Nación nabarra vive, llega el 30 de junio. Ese día es la efeméride de la batalla de Noáin. Un día que a pesar de su tristeza, sencillamente debido a la derrota nabarra sufrida a manos del imperial ejército español, es un día obligado en nuestra memoria, tanto histórica como política, en el cual debemos rendir honores a aquellos patriotas nabarros que dieron su vida por Nabarra y por la libertad.
Pero tampoco podemos olvidar la labor traidora que aquellos autóctonos, que colaboraron activamente para masacrar a los lealistas nabarros en el campo de batalla y facilitaron el encadenamiento del resto de nuestro Pueblo sito al sur del Pirineo, por unas migajas de poder, el cual quedo supeditado a los designios de la metrópoli de Madrid.
Hoy día, la situación no ha cambiado y para más tristeza muchos ven con orgullo unas cadenas impuestas, incluso en el escudo de la residual Navarra, reducida a una mera provincia y comunidad española.
Son muchos los gritos de independencia, repetidos hasta la saciedad en las últimas décadas, pero solo se quedan en eso… en meros gritos que suben la autoestima hasta el siguiente pataleo, marcha, manifestación o convocatoria, en la cual algunos sacan beneficios a costa del espíritu libertario de los nabarros y nabarras.
Positivamente, suponemos que para la mayoría de legitimistas, soberanistas, independentistas y estatalistas nabarros y nabarras del presente, es un honor y una obligación recordar los valores patrióticos de esos patriotas nabarros que dieron sus vidas por la libertad; una “suelta” que nosotros y nosotras todavía no hemos conocido.
Este recuerdo permanece muy presente y vivo en nuestro recuerdo, en nuestra memoria histórica que facilita nuestra descolonización mental, paso obligado para lograr la descolonización colectiva de nuestra Nación, sirviendo finalmente esta, como un instrumento más de aquellos que tenemos a nuestras manos, para adquirir la libertad que tanto ansia el ser humano en general y el nabarro en particular, mediante la recuperación de la independencia y soberanía del Estado de Nabarra.
A nosotros los nabarros y nabarras de hoy, nos deshonra que muchos de nuestros compatriotas, hombres y mujeres, no conozcan lo sucedido ese fatídico día del año 1521 y su principal consecuencia política en el presente, la inexistencia de libertad para los nabarros y nabarras de todas las tierras surpirenaicas de nuestro Estado, las cuales se encuentran en una situación de sojuzgamiento y sometimiento colonial español.
A pesar de la actual y más que meritoria labor en materia de recuperación de la memoria histórica, bien a través de empresas, grupos culturales y/o asociaciones diversas de nuestro País, esta finalmente no sirve de nada si no alcanzamos la independencia.
Es triste y desesperante ver como nuestra sociedad de nuestro País, continúa narcotizada y por ende subyugada por la perenne labor colonizadora del Reino de España y también de la República de Francia debido a su imperial maquinaria política, jurídica, económica y demás. Pero si algo es es una auténtica vergüenza para los patriotas nabarros y nabarras, es la ocultación de este importantísimo acto por medio de los gobernantes de la colonial Comunidad Foral y española de Navarra.
Una ocultación clara, patentemente politizada y ciertamente reflexionada desde el imperio de España, buscando únicamente mantener el actual sometimiento, desunión y subordinación del Pueblo Nabarro. Un sometimiento que no hay que cansarse en recordar para activar nuestras mentes y libarse del virus colonial, que es militar, político, jurídico, económico, religioso, lingüístico y cultural, llevado al cabo de forma continuada, para así esclavizar totalmente a los nabarros y nabarras que aún mantenemos nuestro espíritu libertario.
Aunque estos agentes extranjeros, imperialistas y colonizadores intenten ocultar nuestro trabajo independiente, realizado de forma continuada y en la mayor libertad que puede tener un esclavo, nosotros y nosotras seguimos recordando a nuestros antepasados, aquellos y aquellas que físicamente vivieron en libertad y que conocieron la auténtica autonomía, la efectiva independencia y la verdadera soberanía que ello significa.
Aunque esos nombrados como navarreros o erróneamente como nabarristas que no son, sino más bien son navurros hispaniarum, menosprecien aquella valiente acción de nuestros bravos antepasados, deben saber que para los realmente nabarros y nabarras su lucha no fue en balde. Para nosotros y nosotras son un ejemplo de patriotismo y por eso no solo debemos recordarles, sino que hay que honrarles con nuestro trabajo.
A la vez que nos forzamos a mantener viva su memoria para las generaciones venideras, es nuestra obligación patriótica realizar un verdadero esfuerzo libertario en todas nuestras acciones. Ya sean estas a nivel Estatal, es decir en Nabarra, como a nivel diplomático y a través de unos continuos actos innegablemente independientes, ajenos a las instituciones coloniales y colonialista impuestas en nuestra Nación, con una actitud ciertamente soberana ante las impositoras políticas emanadas desde los imperios del Reino de España y de la República de Francia.
Pese a la derrota del año 1521 en la batalla de Noain y sus lamentables consecuencias político-históricas para nuestro Pueblo, debemos aprender la lección y ver que ir de la mano de españoles es nefasto para la libertad de nuestra Nación. De lo contrario, mientras pensemos que debemos pedirla a los imperios de España y Francia, participando en sus “democráticas” instituciones, demostraremos una incapacidad política absoluta en materia independentista debido a un altísimo nivel de colonización, tanto mental como física como política.
Nuestro ejercicio de descolonización debe resumirse en la que independencia se alcanza desde el ejercicio mismo de la independencia, pues esa es la única manera de recuperar nuestra soberanía y libertad.