Por motivos personales, la persona que mantiene abierto este blog lo ha mantenido desatendido durante largo tiempo. Mis disculpas a los lectores.
Por lo demás, el momento político es de lo más interesante, pero plantea algunas dudas. Fundamentalmente, la duda que asalta a buen número de ciudadanos es el hecho de que sus representantes políticos acierten.
Dijo alguien en una ocasión que la política es un asunto demasiado delicado como para dejarlo en manos de los políticos.
En nuestra tierra, afortunadamente, gozamos del privilegio del auzolan, de esa ancestral costumbre que ha llevado a propios y extraños a administrar la res publica desde la base de la sociedad. Sin esperar a que otros, desde la cúpula de la misma, tuvieran que encargarse.
En este momento, Bildu EH y Amaiur tratan de gestionar el nuevo escenario de acumulación de fuerzas soberanistas. Sin embargo, no deberían faltar tampoco las iniciativas surgidas desde los movimientos sociales. Unas sinergias que busquen consolidar el nuevo tiempo abierto. A fin de cuentas, siguiendo el viejo adagio más arriba comentado, no podemos permitirnos el lujo de que, por una eventual torpeza, volvamos a las andadas.
El alto el fuego decretado por ETA nos coloca en una estupenda situación para abordar una cuestión aún pendiente: la confrontación pacífica con los estados español y francés. Hay quien considera que la ausencia de lucha armada, es la ciudadanía la que toma la calle y se convierte, así, en una masa crítica que permite el avance del proceso mientras las armas callan. Así sea. Porque Escocia viene desmostrándolo desde hace meses.
El imperialismo, a fin de cuentas, está inerme ante un pueblo que desea caminar en libertad sin otra arma que la palabra. Así sea.